Las luces para bicicletas son un complemento indispensable. Tienen dos funciones específicas, nos permiten ver cuando se hace de noche y la más importante, son un sistema de protección ya que será el elemento que nos hará visibles, sobre todo en la carretera.
¿Cómo elegir la mejor?
Igual que todas las cosas referidas al deporte, hay que elegir las luces de bicicleta según tus necesidades y la modalidad de ciclismo que practiques.
Ten en cuenta la potencia del haz de luz (los famosos lúmenes que tiene el foco, que es la unidad de medida que define el nivel de iluminación del dispositivo) en función de los terrenos por donde circules, necesitarás más o menos potencia. Para hacernos una idea, hay luces más básicas de 100-200 lúmenes, mientras que otras pueden superar los 3.000.
Si sueles rodar por caminos poco alumbrados o eres de los ciclistas que le hagan al sol, lo ideal es que uses luces que superen los 500 lúmenes y cuenten con la opción de disminuir su intensidad, lo cual sí te pueden ayudar a no deslumbrar a los conductores.
Otro aspecto a tener en cuenta es el tipo de batería y la duración que tiene. Hay baterías internas y otras externas, que son más pesadas. Opta por las prácticas con más durabilidad y posibilidad de cargarlas a través de USB.